Espasmos infantiles
Los espasmos infantiles (también conocidos como el síndrome de West) son una forma de epilepsia que se produce en 1 de cada 2000 niños.
Generalmente comienza entre los 2 y los 12 meses de vida y alcanza su punto máximo entre los 4 y los 8 meses de vida.
Estas crisis pueden durar solo un segundo o dos, generalmente se producen muy juntas y cada espasmo se produce de cada 5 a 10 segundos en una serie. Durante el espasmo, el cuerpo se pone rígido repentinamente, la espalda puede arquearse y los brazos, las piernas y la cabeza pueden inclinarse hacia adelante. Sin embargo, los espasmos infantiles a veces pueden ser difíciles de advertir; quizás solo los ojos se van hacia atrás o hay un pequeño crujido de la barriga. Son más comunes justo después de que un bebé se despierta y es poco habitual que se produzcan durante el sueño.
Poco después de comenzar los espasmos, los padres pueden notar una serie de cambios en su bebé:
- Pérdida de los logros del desarrollo aprendidos previamente (como voltearse, sentarse, gatear o balbucear).
- Pérdida de las interacciones sociales y las sonrisas.
- Mayor irritabilidad o silencio.
Consulta a tu pediatra sobre los pasos a seguir y sobre todo siempre busca una valoración de profesionales de la salud ellos tienen todo el conocimiento para orientarte.